THE DEFINITION OF SILENCE




A selection of articles dealing with silence cut out of the daily spanish newspapers since 1985.

1 – Huxley […] Creía firmemente Huxley que el silencio formaba parte de una buena música.
Escribía que comparando con la de Beethoven o la de Mozart, el incesante torrente de la música
de Wagner era demasiado pobre en silencio. Tal vez – añadía Huxley – sea esta una de las
razones por las que me parece mucho menos expresiva que la de aquellos. Dice mucho menos
porque está hablando siempre.

2 – W. H. Auden En medio de semejante estruendo de muerte se añora por momentos una voz que, como la del poeta W. H. Auden, pida "parar todos los relojes, cortar el teléfono, impedir que el perro ladre...porque él está muerto".

3 – Lafontaine / Metternich […] Todos deberíamos tener siempre muy presente a Lafontaine cuando decía que es bueno hablar pero mejor es callarse. O la condesa de Metternich, que dominaba nueve lenguas y solía comentar que había aprendido a callarse en nueve idiomas distintos.

4 – Wittgenstein decía que “de lo que no se puede hablar, mejor es callarse”. El gran pensador Norbert Elias (1897-1990) puntualizaba al respecto que “de lo que no se puede hablar, hay que investigar”.
Autor: Juan Ángel Vela del Campo. 98

5 – Juliette Binoche […] Emplea para ello, conscientemente o no, recursos de actuación propios del cine mudo. Y en cierto modo, tanto Herida como Azul son películas mudas, pues en ambas la imagen se teje sobre una sonoridad que contiene una vigorosa exaltación del silencio.

6 – Ley del perpetuo silencio […] Curiosamente, ambos demandantes solicitan la misma pena para el demandado: la “ley del perpetuo silencio”. Esta ley tiene su antecedente más lejano en las leyes de las partidas de Alfonso X el Sabio de 1236, y con el paso del tiempo, en materia de protección del honor, se ha ido incorporando a los modernos textos de derecho. El Código Penal del siglo pasado ya comenzó a tipificar acciones contra el honor y luego se incorporaron al Código Civil hasta llegar a la moderna ley de protección del honor de 1982. En caso de perder el juicio, el demandado tiene la obligación de retractarse públicamente de sus anteriores declaraciones. Si decide no hacerlo, la ley le obliga a no volver a hablar nunca más en público del personaje en cuestión. […]

7 – Kafka […] Un día, señalando con el dedo un exiguo cuadrado de la capital de Bohemia dijo a un amigo: “Aquí se encierra mi vida entera”. Gracias a su “inutilidad” y después por la tuberculosis, Kafka vivió poco tiempo solo, si bien siempre fue buscando en las diversas moradas ese “silencio auténtico” sólo perturbado por la propia respiración y el trotar de la pluma. Este libro de Wagenbach, salpicado de evocadoras imágenes y de textos del propio autor que introducen a Kafka en su hábitat foráneo, tiene la virtud de pasearnos por su ausencia, por lo que no queda de él.
Autor: José Luis de Juan. E. P . 98

8 – “Les bessones silencioses” utiliza las técnicas propias del docudrama para narrar la historia de las hermanas gemelas Gibbons, June y Jennifer, que en la pantalla son interpretadas por otras dos gemelas, Shirley y Sharon Parker,. Básicamente se trata de la historia de dos personas que no pueden vivir juntas pero tampoco pueden hacerlo por separado y entre sí sólo se comunican por medio de cartas ya que desde su infancia se niegan a hablar.
Encerradas cada una de ellas en su propio mundo y negándose a comunicarse por medio de la palabra, las hermanas pasaron por reformatorios y escuelas especiales sin que ello alterara su misterioso pacto de silencio. A los dieciocho años empezaron a escribir gran cantidad de cuentos, ensayos y novelas que constituían su única forma de comunicación con el exterior.
Más tarde, sin embargo, cayeron en la droga y el alcohol y de allí pasaron a la delincuencia provocando incendios y robando en los grandes almacenes. […]

9 – Gerardo Diego. Que ha muerto silenciosamente nos dicen los periódicos. Ser silencioso siendo vanguardista es casi imposible, casi una contradicción in terminis. La vanguardia gusta de la bulla y las marimorenas, del panfleto y el escándalo. Al vanguardista armar grescas le gusta tanto como al dinamitero la pólvora, no en vano estas dos delincuencias tienen un vago y remoto origen común. Gerardo Diego fue, sin embargo, un vanguardista silencioso. En la Historia ha habido músicos sordos, poetas ciegos, bandidos bondadosos y, con Diego, vanguardistas tímidos y discretos.
Elegir el silencio en el tiempo que le tocó vivir no era una tarea sencilla. Casi todos los de su generación se significaron por lo contrario. Los hubo dicharacheros como Lorca o agitadores como Alberti. Algunos, como Aleixandre, se pasaron la vida en una chaise-longue cultivando la amistad y el diálogo, mientras otros, como Cernuda, al no despegar los labios estaban queriendo señalar su desdén o su rencor. Silencioso, lo que se dice silencioso, sólo Diego lo fue.

10 – Krishnamurti hace su aparición casi sigilosamente: una figura delicada, esbelta, hermosa, frágil, atractiva; un rostro enjuto y bello, como de escultura Gandhara: hundidas las mejillas, afilada la nariz, ausentes los ojos. Nadie presenta al orador. Krishnamurti está completamente solo en la tarima, sin ninguna nota escrita, y durante un buen rato permanece en silencio. Un silencio real, nada efectista. Finalmente Krishnamurti habla; la voz un poco afónica, suave, enérgica, natural. Uno tiene la impresión de que hasta el último momento Krishnamurti no sabía lo que iba a decir ni cómo lo iba a decir, y que el discurso se ha gestado en el largo y denso silencio inicial. […]

11 – Monjes […] Hacen promesa de castidad, viven del trabajo de sus manos y cultivan, además de sus huertos y jardines, el silencio, la soledad y la oración. Y no les interesa para nada que se hable de ellos. Allí sólo el viento mortifica el silencio.
Ellos no saben que el escritor Guido Ceronetti ha escrito: “Quien tolera los ruidos es ya un cadáver”. Entonces, ¿son ellos o somos nosotros los muertos?

12 – Silencio en la luna. El astronauta Buzz Aldrin, que fue el segundo hombre que puso el pie sobre la luna minutos después que su compañero Neil Armstrong, el 21 de julio de 1969, aseguró ayer que lo que sigue recordando con más pasión de aquellos momentos históricos fue la magnífica desolación y el extraordinario silencio que le acompañaron durante su paseo por la superficie lunar.
Autor: Aurelio Martin (Segovia). 98

13 – Cioran. De la mano del Cioran insomne y sin lengua, del apátrida, del músico del silencio, volvemos a preguntarnos si en realidad la filosofía murió en el criterio de divinidad, o sencillamente se replegó para dejar que él iluminara posteriormente sus zonas prohibidas. […]

14 – Mallarmé. Fue el primer homenaje español a Stéphane Mallarmé y tuvo lugar el 14 de octubre de 1923, coincidiendo con el vigésimo quinto aniversario de su muerte. Ese día que amenazaba lluvia en Madrid, unos cuantos escritores se reunieron en el Jardín Botánico para recordar al poeta. El cándido acto al que asistieron José Ortega y Gasset – el primero en llegar -, el mexicano Alfonso Reyes -el que tuvo la idea- , Eugenio d’0rs –el que lo glosó en ABC fechas después-, Enrique Díez-Canedo, Mauricio Bacarisse, José Bergamín, Antonio Marichalar, el cubano José María Chacón y José Moreno Villa, preveía por toda conmemoración, permanecer callados durante cinco minutos. Un resfriado impidió la presencia de Juan Ramón Jiménez, quien hizo llegar a Reyes una tarjeta que decía: “Estoy con ustedes”. Aquella ceremonia de silencio recogida en la densidad de cinco minutos constituyó la primera expresión española de un culto a la obra mallarmeana. 98

15 – Giscard […] Entre los hombres políticos hay dos categorías: los que tienen miedo de las masas y los que quieren a esas masas. Yo quiero a la muchedumbre, no la temo. La masa es un ser y reacciona como un ser vivo. Y lo que es muy, muy impresionante es el silencio de la masa. Si usted dice algo que llega a las gentes, logra usted una calidad de silencio como el de los conciertos, es decir, que nada se mueve.

16 – Nuestras conversaciones se hacían de silencio. Hablábamos un montón.

17 – Jean-Jacques Annaud […] “La productoras son como las mujeres: inasequibles. Todo lo que se puede hacer es dejarse guiar por el instinto. Dejarles una rosa en la puerta cada mañana y quedarte muy callado. Acción, no palabras. Hazlo, no lo cuentes. Aunque pasen seis años acabas ablandándolas, y de preguntarse quien es ese loco pasan a pensar ¿y si tiene razón?”

18 – Kubrick […] Fue un genio intransigente y tenaz, hermético, profético e inconmovible. La voz que narra el documental de Harlan (la de Tom Cruise) lo dice de otra manera: “era un hombre que guardaba silencio tanto si se le aplaudía como si se le vituperaba”. Impasible a las inclemencias del medio y los caprichos del gusto común, pudo hacer el cine que hizo, todo sustancia y carne de primera, aunque, eso sí (y es nuestra desdicha), cocinado a un fuego lentísimo. 2001

19 – La campana del silencio. Ha sido una buena idea reservar en un nuevo campus universitario una sala de meditación, una gruta para la antigua y eterna reflexión del ser humano, especialmente si es estudioso y jóven. Al encargarle a Antoni Tàpies la tarea, la Universitat Pompeu Fabra ha mostrado la importancia que daba a ese espacio y consiguientemente, a lo que supone que puede hacerse en él. Puede que la gran sala permanezca vacía y silenciosa. Puede que los que entren en ella otros días lo hagan movidos por la curiosidad y los visitantes no pasen de la observación atenta y el posterior comentario a la salida. Es posible que nadie descuelgue ninguna de las sillas de enea para tener un rato de meditación silenciosa. Pero la sola presencia imponente y enigmática de la gruta universitaria para la reflexión, presidida por la doble campana del artista, recuerda ya la necesidad y la dificultad de la meditación y el silencio.

20 – Blanca Varela. Para mí la poesía, si no es para el otro, para la conciencia del otro, no me interesa. Muy modestamente es lo que he tratado de hacer. Cada vez afinando más. Porque en lo que no se dice es donde está encerrado todo lo que se querría decir. Tiene más carga emocional el silencio que las palabras mismas. Me gusta mucho la música. En ella el silencio tiene el mismo valor, es lo que más se aproxima. El silencio es un espacio, una respiración, un aliento, un cierto momento. […] 2001

21 – Titanic […] James Cameron debió inspirarse para su tan premiada película en otros relatos parecidos por cuanto una de las escena más dramáticas recoge también como, tras hundirse por completo el “Titanic”, se iban apagando los gritos y los gemidos en el silencio de la noche. 98

22 – F. Amat […] “Por otro lado, mi obra no surge de la nitidez, sino de las contradicciones. El artista quiere ser un punto de luz, pero no puede serlo constantemente. A veces, para dar luz, hay que cargar los depósitos en el silencio y la oscuridad”, dice Amat: “creo que el pintor debe exponer cuando tiene algo que decir; es muy importante dejar periodos de silencio”.

23 – Elecciones [ …] Podría empezar hablando del silencio expectante que precede a los grandes acontecimientos. Del silencio de cada día, por ejemplo antes del amanecer. Sería una buena manera de participar en la ceremonia de la reflexión, que es algo parecido a las vísperas en la liturgia democrática. Hablar y practicar el silencio después de tanto ruido es, incluso, un motivo de bienestar, es como ir a un balneario saliendo de una discoteca.

24 – Bhagwan Shree Rajneesh. “ Tú ves mis cinco dedos, y cualquiera puede ver los espacios vacíos entre mis dedos. Pero normalmente tú no verás los espacios vacíos; verás cinco dedos. Sin embargo, los espacios vacíos son más reales. Los dedos vienen y van, los espacios permanecen. Entre los sonidos de la música hay espacios de silencio. La auténtica música no consiste en los sonidos, sino en los espacios. Los sonidos vienen y van; los espacios permanecen. Y la música puede hacerte consciente de esos espacios con mucha más belleza que cualquier otra cosa”.

25 – Lucian Freud […] No creo que nadie pueda dejar de considerar hoy a Lucian Freud como uno de los mejores pintores vivos, pero quizá lo que mejor refleje su actitud estética es lo que escribió cuando le pidieron que explicase el por qué de su selección de pintores de la National Gallery londinense: “Se me ha pedido que razone sobre mi elección. Las propias pinturas son por sí mismas razones. Al igual que el lenguaje del arte es silencioso, la belleza de la pintura es la que deja mudo al espectador. El extraño silencio de un hombre frente a una obra de arte no se parece a ningún otro. ¿Qué es lo que le pido yo a una pintura? Le pido que asombre, perturbe, seduzca, convenza. Una de las cualidades que comparten todas estas pinturas es que me incitaron a volver a trabajar”.
Autor: Francisco Calvo Serraller. E.P 15.6.2002. Título del artículo: La conquista del silencio.

26 – […] Felisberto fue músico. Esto explica el papel del silencio en sus narraciones: al silencio le gustaba escuchar la música y “cuando el silencio era ya de confianza, intervenía en la música: pasaba entre los sonidos como un gato con su gran cola negra y los dejaba llenosde intenciones”. En otra escena, las cosas que hay sobre una mesa parecen “formas preciosas de silencio” y en otra más deprimente ocasión, el protagonista empezó a deslizarse “con tristeza y con cierta impudicia por algo que era como las tripas del silencio”.
Autor: Darío Jaramillo Agudelo (Colombia 1947) 2002

27- […] La lógica que impulsa a silenciar la voz del otro por la simple razón de que no es la mía.

28 – Murnau. “En los últimos años de su vida, Murnau citaba proverbios chinos, tratando con ellos de convencer al mundillo de Hollywood de que el cine, el auténtico cine, no necesitaba recurrir a la palabra”. Así comienza el estudio de Luciano Berriatúa que sobre el cineasta alemán ha publicado la Filmoteca Española con el título Los proverbios chinos de F. W. Murnau. […] 94

29 – Kieslowsky. […] ¿Qué tiene que ver “Blanco” con la igualdad, teóricamente el ideal revolucionario relacionado con este color? “Nada más que la igualdad no existe. ¿Quien de ustedes quiere ser igual?”, preguntó el director a la sala abarrotada de periodistas y cámaras de televisión. Pregunta que nadie contestó. “Lo ven, la igualdad ni existe ni es deseada”, añadió Kieslowsky. 94

30 – Actualidad […] diciendo: “Eso, en la actualidad…”. Le interrumpí: “Un momento, amigo. ¿Quiere usted decirme cuándo comenzó la actualidad?”. No hubo respuesta. Repetí mi pregunta: “¿Quiere decirme alguno de ustedes cuándo comenzó la actualidad?”. Nuevo silencio. “A riesgo de que ustedes me abucheen” proseguí, “les diré que en mi opinión, la actualidad, fue inventada por hombres de una generación anterior a la mía, por mis padres históricos”. Silenciosamente fue aceptada mi tesis.

31 – Mordaza […] dijo que “hoy no puede hablar para contar su verdad; está aquí para dar testimonio mudo de que un juez le ha prohibido la libertad de expresión”. Habló de “mujer amordazada” y se excusó ante […] 93

32 - Mudez infantil. Un curioso orgullo infantil, o tal vez un prematuro sentido del ridículo, hicieron que aprendiese a hablar en silencio. Hasta que un buen día, a los tres años, empezó a pedir cosas por su propio nombre, con una naturalidad que sorprendió a toda la familia. Probablemente se hubiese dignado antes a abrir la boca de no haber contado con la complicidad de su hermano Xavier, quien por una extraña telepatía se comunicaba con ella y ejercía de portavoz de la silenciosa pequeñaja. 93

33 – Observadores mudos […] Estos observadores en todo momento estuvieron acompañados por representantes del partido en el poder. Un político español de larga trayectoria nos comentó que “los observadores estamos mudos y con las manos maniatadas, sin ninguna competencia. Nuestra misión es ver, oir y callar”. 94

34 – Silencio profesional […] El secretario de Estado de Comunicación insinuó que hay mucho de qué hablar, pero se atrincheró en su silencio profesional. “Soy dueño de mi silencio y no voy a difundir conversaciones privadas. No se puede interpretar de mis palabras que se produjeran amenazas. Lo que no se puede hacer es desvelar la parte que a uno le interesa”. 97

35 – “Creo como Borges en la salvación por las obras; el resto es silencio”, concluyó.

36 – Casals. Primeros de siglo, Bruselas, Théatre de la Monnaie. Primera parte y mucha gente tose, incluido el director. Para la segunda parte tiene programado a Bach. Visto el ambiente, Casals pregunta si es posible cambiarlo. Ante la negativa, sale al escenario. Al comprobar que prosiguen las toses, interrumpe el concierto y dice: “Señores, yo también estoy resfriado y necesito toser, pero por respeto a Bach y a ustedes, me abstengo. En adelante, les ruego que por respeto a Bach y a mí, ustedes también se abstengan de toser”. El silencio, hasta el final, fue milagrosamente absoluto […] Autor: Lluis Permanyer. L.V. 87 u 88

37 – Cultura […] del paleolítico superior. Quizá hacer conocer esto y su historia a los niños fuese más cultura que una exposición. A los niños hay que enseñarles los árboles, el silbido del viento, el silencio, etcétera. Esto es la cultura, lo demás es folclor.

38 – De Chirico […] La falta de interés en Italia por este centenario es en realidad algo impalpable que algunos verdaderamente no se explican. Quizá tenga algo que ver el origen griego del pintor, que le ha dado siempre una cierta magia de silencio y de trágico escándalo al mismo tiempo.
El diario La Repubblica, que ha sido el primero en publicar un artículo conmemorativo, ha escrito significativamente que se celebra “un De Chirico solitario, de una soledad constante, tan profunda que hoy es como si le contempláramos inmerso en una inmovilidad inundada de silencio, como las estatuas de sus plazas de Italia”.

39 – Marlene Dietrich. A las siete de la tarde de ayer, una multitud se congregó en la Avenue Montaigne, de París. Arletty, la nonagenaria estrella francesa, calificaba a Marlene Dietrich de “estrella inmensa”; el cineasta Marcel Carné comentaba la relación de la actriz con el astro Jean Gabin, y el ministro francés de Cultura, Jack Lang, homenajeaba a la estrella con palabras del poeta y cineasta Jean Cocteau, que fuera amigo de Dietrich: “Vuestra belleza se impone, es inútil hablar. Es vuestra bondad pues lo que saludo…”.

40 – Joanne Woodward, actriz de cine tan sutil como inteligente, esposa independiente y discreta del famoso y codiciado Paul Newman, con el que lleva casada unos cinco lustros, o casi. A la pregunta de cómo fue que se enamoró de su esposo, Joanne respondió que no la condujeron en brazos de Eros las cosas que Paul le decía. Y explicó que lo que en realidad la dejó perdidamente enamorada del astro fue todo aquello que él se callaba. Y sigue enamorada de él, de lo cual se desprende que una de las parejas más sólidas de Hollywood se mantiene por los silencios. 88

41 – Saddam. El régimen de Saddam Hussein recordó ayer el segundo aniversario del inicio de la operación Tormenta del Desierto, “la ciega agresión de treinta países contra Irak”, con cinco minutos de silencio en todo el país, un silencio que el propio régimen “rompió” haciendo cantar a los muecines – “Dios es el más grande”- y haciendo doblar las campanas de las iglesias cristianas de todo Irak.

42 – Tokio […] “Uno de los aspectos que más me asombran de Tokio es el silencio general”. “Aqui”, añade, “quien te habla son las máquinas, las computadoras, los altavoces, aquí no habla la gente, lo que acaba convirtiéndose en un inquietante murmullo maquinal”.

43 – La palabra, ¿don o arma? No es fácil la tarea de crítico de danza. Tampoco es fácil la tarea del coreógrafo. Es más fácil y más rápido quemar un bosque que esperar treinta años que crezca y sobreviva. “No trepitgeu la gespa” es mi última creación. Experiencias personales relativas al tema del entorno. Estoy satisfecha del esfuerzo que hemos hecho todo el equipo.
Gracias al público por la cálida acogida, gracias al Espai y a todas las instituciones que nos han apoyado. A la crítica le siría que, al igual que no acepto y denuncio en mi espectáculo la actitud prepotente del hombre frente a la naturaleza (el hombre, el que posee el don de la palabra frente a “los que no hablan”),tampoco acepto el abuso de la lucha desigual de la palabra escrita frente al gesto fugaz. Denuncio la utilización de la palabra como arma destructora de la poesía silenciosa.
Autora: Avelina Argüelles Miranda L.V 93 Cartas al director.

44 – Procesión […] En la noche del 17 de marzo, la Stille Omgang, o procesión del silencio, transcurre por la ciudad. Miles de personas desfilan en silencio en la oscuridad creando una atmósfera intimista. Esta procesión católica conmemora un milagro acaecido en Amsterdam en 1345, cuando una hostia consagrada cayó al fuego saliendo indemne de las llamas. El caso es que en este ambiente de silencio y de recogimiento, son miles las personas que participan y se dice que hasta los más irreligiosos quedan impresionados por la espiritualidad del acto. 93

45 – Ni pío […] “Una vez se cayó uno al pozo donde volcaban la cuchara cargada del hierro líquido; no dijo ni pío. Cogieron todo el material incandescente y lo enterraron en un hoyo. […] 93

46 – Templo del Dragón […] Al final de cada laberinto siempre veía un templo levantado sobre la superficie de la gente. En cualquiera de sus patios, el silencio crecía como un árbol, y al amparo de su oscura sombra hallaba la paz. En el templo del Dragón de China había sonado el gong. […]

47 – Silencio ante la masacre […] “¿Qué le ha pasado al aparato digestivo y metabólico de esa izquierda que asiste a esta guerra imperialista, burdamente maquillada, dispuesta a tragarse el sapo de un compromiso criminal con los más directamente beneficiarios de la tragedia?. ¿Y qué les ha pasado a las cuerdas vocales de esos pseudopacifistas de antaño, cuyo silencio ante la masacre actual aturde?

48 – Pavese El 14 de mayo de 1946 el gran poeta Cesare Pavese anotaba en su diario “es bonito escribir porque reúne las dos alegrías: hablar solo y hablarle a una multitud”. Con el tiempo la reflexión tendría algo de sarcástico porque faltaban cuatro años, tres meses y catorce días para que se suicidara en un hotel de Turín dejando apostillado “todo esto da asco. Sin palabras. Un gesto. No escribiré más”. […] 92

49 – Jardines londinenses […] Hay una cultura del silencio que hemos perdido y que aún está en estos jardines londinenses. Aunque no haya ningún letrero que lo advierta, se puede hacer todo menos ruido y la verdad es que se agradece por que no existe mayor intimidación que una música no deseada, sea la que sea. […] 93

50 – Violencia y silencio […] estamos acostumbrándonos a la violencia ultraderechista. La opinión pública tardó en reaccionar al incendio en el que murieron dos mujeres y una niña turca de 10 años. Al menos Engholm se manifestó relativamente pronto, como otros líderes políticos, pero hasta la tarde no se pronunciaron el canciller, el presidente y el ministro del Interior. ¿De qué sirven las palabras?
Quien se plantea esta pregunta, en verdad se ha dado ya por vencido. Nuestra democracia vive de palabras. Su primer y más importante consenso básico es que las diferencias de opinión y los conflictos de intereses se ventilan ante todo mediante el intercambio de argumentos. Desde ese punto de vista, las palabras son siempre lo contrario de la violencia. […] Quien a la vista de lo que ocurre en Alemania literalmente no encuentre palabras, contribuye al triunfo de la chusma asilvestrada pero carente de palabras. Los ultraderechistas afirman, tan osada como refinadamente, que defienden los intereses de la mayoría silenciosa. Quien después de esto siga callado, les da la razón.
Autor: Reiner Stephan 92

51 – Valente […] A este espacio de contemplación silenciosa – previo a aquél donde brota la palabra – es el que podría hacer alusión el título del último poemario de Valente, y no a ningún lugar geográfico concreto. […]

52 – Margaret Thatcher calla para siempre La “Dama de hierro”- anuncia que no hablará más en público tras sufrir varias pequeñas trombosis cerebrales […] las trombosis se han repetido a menudo desde entonces y se han convertido en un problema, que no se puede “ni predecir ni prevenir”, según han reconocido los médicos.
Por este motivo le han recomendado recortar su programa de trabajo y, sobre todo, evitar la fatiga que le producen sus intervenciones públicas. Los medios británicos creen que el año que viene se retirará de toda actividad pública. 02

53 – Calvino
P. Un hombre esquivo…
R. Esquivo y silencioso. El silencio de Calvino era proverbial. Si le preguntabas algo podía responderte al cabo de un cuarto de hora. Incluso se movía sin hacer ruido, como un gato. Recuerdo que un sía habíamos quedado con Borges. Llegamos y yo me senté al lado del escritor argentino. Éste me pregunto: “Chichita, ¿dónde está Ítalo?”. Y yo le respondí: “Está sentado aquí, a mi izquierda. Entonces Borges me dijo: “Lo he reconocido por su silencio”.
P. Un silencio que a veces alguien conseguía romper.
R. Sí, sólo cuando se hablaba de algo que le interesaba mucho. Entonces hablaba sin parar. Si no, tenía una gran capacidad de abstracción. […]

54 – Televisión […] Sí, de acuerdo, nadie ve la tele por las tardes. Pero si un día deciden seguir el ejemplo de este humilde cronista y tirarse de cuatro a nueve ante el televisor, sepan que no van a disfrutar de un minuto de silencio. Las tardes son para hablar. ¿De qué? ¡De memeces, naturalmente! Y les aseguro que, por mucha que sea su templanza, acabarán como yo, de pie en el salón de sus casas, gritándoles a los risueños humanoides que se agitan ante ustedes en la pantalla: “¡¿Quieren hacer el favor de callarse?!”
Autor: Ramón de España

55 - Chechenia […] ¿No son seres humanos de carne y hueso los civiles de Grozny, Gudermes y Chali? ¿Hay lugares en la tierra en los que todo está permitido? ¿Por qué un desinterés tan compacto, opaco y universal? Nuestra complicidad taciturna y muda, nuestros crímenes por falta de asistencia a un pueblo en peligro no son en modo alguno imputables a la ignorancia o a la falta de imaginación. Sólo se explican por el miedo. […] La absoluta pasividad de las democracias abruma. La indolencia de la Unión Europea y de su Parlamento ya no asombra, pero asusta. El silencio infinito del planeta horroriza. 97

56 – Armas […] Callen las armas que nunca debieron haber hablado, pero hablen las lenguas. ¿Y si resultara ser ésta la mejor manera de tapar la boca de los cañones? Las palabras no pronunciadas se hacen pesadas, como el plomo.
Autor: Pedro Silva

57 – Derecho “El derecho a no declarar no impide que el magistrado pueda valorar ese silencio” 97

58 – Silencios que hablan […] No es raro que la agencia Reuter añada que la propuesta fue recibida en silencio, según indicaron testigos presenciales. El silencio podría calificarse de asombrado, embarazoso, discreto, obsequioso y de muchas otras maneras, entre ellas de elocuente. Hay silencios que hablan. Hay silencios que subrayan que se ha dicho algo importante. Algo que puede tener o no respuesta, pero que ya se ha dicho…[…] 94

59 – Bernarda Alba […] “¿Qué clase de sociedad es la que quiere, la de la complicidad, la de la casa de Bernarda Alba donde nadie habla porque tiene miedo?”. Y apostilló que callar en esas circunstancias es “un silencio antidemocrático”. […] 94

60 – Jordi Savall “Oímos música pero no la escuchamos. La oímos constantemente, en el banco, el metro o el restaurante, pero es una música inútil, que nada más tapa el silencio. Y el silencio nos da miedo porque nos recuerda que estamos vacíos. Quizás deberíamos escuchar menos música y escucharla mejor”. De esta manera se expresaba el músico Jordi Savall en una lección magistral que ofreció a los asistentes a la Uinversidad Catalana de Verano y que despertó gran interés.[…] 94

61 – Canetti […] Haber dado siempre la cara fue el orgullo y la justificación de Sartre. Sin embargo, es especialmente importante no dar la cara. Debemos sustraernos y esperar a sentirnos convencidos, desde dentro. Nunca debemos permitir que nos obliguen a responder. La respuesta no es nada. La respuesta es falta de libertad y, por eso, una equivocación. […]

62 – Dios […] les recomiendo que escuchen. El silencio es una realidad difícil de asimilar hoy, porque habitualmente suponemos que el silencio significa ausencia.Yo recomiendo a todos que intenten entablar una cierta amistad con el silencio. Dios no actúa en el ruido y el ajetreo. Lo hace en absoluto silencio. Creo que se necesita tiempo y fe para comprender que el silencio es, en realidad, el sonido de su presencia. Hay que estar en silencio el tiempo suficiente para oírle en el corazón. 2000

63 – Goldsmith […] Realmente se está abusando mucho de la música en las películas y a mí no me gusta nada. Yo siempre les digo a los directores: no pongas tanta música, deja esta escena en silencio y cosas así. Pero los directores de ahora quieren música y más música. Todo el rato. Quieren mantener la atención del espectador bombardeándole con sonidos constantes y no se dan cuenta de la belleza del silencio. […] 99

64 – Martí i Pol […] “Ni los poetas ni la poesía sirven para nada. La poesía no cotiza en bolsa, los poetas no pueden comprarse yates, los editores que publican poesía lo hacen por puro romanticismo”. No la poesía no sirve para nada. Sólo para “recuperar el gusto por el silencio en un mundo desquiciado y ruidoso, para sentir el gusto por la palabra en un mundo terriblemente mediatizado, para restituir la intimidad en un mundo incierto y vulnerable y para reafirmar el gusto por la libre reflexión en el mundo del pensamiento único”. 2000

65 – Antonioni […] “Estoy intentando definir dentro de mí el filme que haré después del que acabo de terminar. Lo más difícil es no interesarse en nada, no leer, no distraerse. Alcanzar el silencio y la oscuridad. La realidad se ilumina precisamente en la oscuridad, y del silencio es de donde emergen sus voces”.

66 – Lectura silenciosa […] En francia hay una norma pedagógica según la cual la lectura en voz alta es criminal. A los chicos les gustan que les lean, pero eso no está bien visto. Dicen los defensores de la lectura silenciosa que al leer debe irse del signo al cerebro sin pasar por los labios. Yo creo que esto es una tontería.Quizás sea una verdad teórica, pero en la práctica ignora el aspecto fisiológico, la sensualidad de la lectura. A mí me gusta leer en voz alta a mi mujer, amis alumnos, a mi hija. Y que me lean. 93

68 – Sida […] Y volvieron a llorar cuando Cindy Robin, una joven representante de los afectados de sida, pidió que se levantaran los que llevaban el virus en sus entrañas, y cientos de personas se levantaron en silencio, hasta que un estallido de aplausos desbordó por completo el recinto. 93

69 – Arqueología […] Sometidos a los intereses empresariales y a la política de la Administración, los arqueólogos parecen haber perdido su voz. Cuando alguno cuestiona la situación, inmediatamente reclama el anonimato por razones de supervivencia: “Aquí quien habla ya no excava más”, asegura uno de los consultados.
Los responsables de la excavación de la cloaca romana, de la empresa Codex, se disculpan poe su hermético silencio: “Si no nos autoriza la delegada de la Generalitat y la empresa, no diremos ni una palabra”. Poco a poco los restos de la Tarragona romana, ocultos durante 2.000 años, salen a la luz, pero bajo un sospechoso silencio. […] 94

70 – Parto […] Siguiendo los dictados de Ron Hubbard, fundador de la iglesia de la Cienciología. Lisa Marie Presley tuvo a sus dos hijos de un modo natural y sin proferir ni un solo grito, ya que aguantar un parto en silencio es la mayor prueba de autocontrol, principio en que se basa esa secta. 93

71 – Entre nota y nota […] Pero el modo en que recorta sus silencios, sus contrapuntos mudos entre nota y nota, tan sólo matizados por los ecos de algún sostenido, rebela algo más, un atributo exclusivo de Lewis. Quizás la sabiduría musical sea exactamente eso: llevar la música a la frontera del silencio, exhibiendo una digitación que empieza antes de pulsar la tecla y no acaba cuando se libera. 2000

72 – Intelectuales […] George Steiner es autor de un hermoso libro que tituló “Lenguaje y silencio”. En parte de las páginas de éste se refiere con su lucidez habitual a los códigos de significación del silencio en tiempos difíciles, de ignominia y desgarro, cuando la mudez de quienes deberían hablar, se convierte en instrumento de clamor. Éste de ahora, el nuestro, es un tiempo de incertidumbre y fractura de los esquemas de comportamiento que nos han permitido llegar hasta donde estamos, pero resulta complicado averiguar, intuir siquiera cómo nos las arreglaremos para salir adelante, y con qué tipo de soportes humanistas. Entretanto, los intelectuales – que aún los hay – callan con admirable prudencia y su silencio deviene un arte de resonancias ensordecedoras, sus sustitutos se entregan frívolamente a juegos malabares de retórica. Curioso espectáculo.
Autor: Robert Saladrigas L.V 93. Título del artículo: “El arte de guardar silencio”

73 – Silencio administrativo Las solicitudes que se presenten ante la Administración y no reciban respuesta en el plazo fijado serán consiseradas como favorables a los ciudadanos, al contrario de lo que ocurre ahora en la mayoría de los casos. […] La ley 30 / 92, de Régimen Jurídico de la Administraciones Públicas, ya establece la figura del silencio positivo, pero se habían estipulado tantas excepciones que en la práctica el silencio negativo era habitual en el 70 por ciento de los casos. […] Con la reforma, los ciudadanos deberán interpretar la falta de respuesta de la Administración como una satisfacción de su solicitud. 98

74 – Ramón y Cajal “De todas las razones posibles ante la injuria, la más hábil y económica es el silencio”. 97

75 – Gary Hill es uno de los todavía pocos clásicos del llamado videoarte, y aunque sólo fuera por eso uno de los artistas más influyentes de la actualidad. A diferencia del moralista Bill Viola, sin embargo, Hill no es importante sólo por el medio que utiliza, sino porque con éste ha logrado crear una de las obras más poderosas de la escena artística actual. Las tres sobrecogedoras videoinstalaciones recientes que conforman esta exposición, todas ellas inéditas en España, demuestran con rotundidad el porqué del fenómeno Gary Hill, el poeta del silencio y la oscuridad.
98

76 – Sissi Vienna conmemora el centenario de la emperatriz Sissi. Las últimas fotos de Sissi datan de treinta años antes de su muerte. La emperatriz había prohibido que la retrataran en cuanto le empezaron a salir las primeras arrugas. Dado que sus súbditos no conocían su rostro de anciana, Sissi se sentía al amparo del incógnito y por eso rechazó la escolta el día que fue asesinada. 98

77 – Don Juan “Le expliqué a don Juan que un príncipe educado fuera de su país raras veces llega a reinar en él. Pero no le expliqué nada más. Se trataba de una operación muy compleja. Nunca hablaba de esto , porque los monárquicos son unos cabrones que lo cuentan todo, empezando por don Juan. En cuanto llegan los amigos esos que tienen en el puñetero barco, lo larga todo. Los monárquicos nunca han sido capaces de guardar el menor secreto” 94

78 – Fellini […] La Strada es un espejo que se pasea a lo largo de un camino. La película surgió, simplemente, de una visión de Fellini. Un día se detuvo en una carretera y divisó una carreta detenida en un claro. Fellini penetró en el bosque y vio junto a la carreta una pareja de gitanos. Arrimados a un fuego , los gitanos, un hombre y una mujer, comían en cuclillas y en silencio. Terminaron de comer y la mujer guardó las vasijas. En todo el tiempo no habían hablado palabra. [ …] Marcello Mastroiani, que semanas atrás reconoció que Fellini había sido para él más importante que su propio padre, ha evitado, en cambio, todo comentario. “Soy un hombre discreto por naturaleza, y nunca he tenido tantas ganas de callar como en estos momentos”, dijo anoche. […] A Fellini le ha callado la única que podía hacerlo, esa sombra esquelética e inoportuna que nunca se ve venir cuando llega. Italia sin él se va a quedar muda, y todos somos Italia. 93

79 - “El viaje se acaba” Interprétenlo como gusten, pero los viajes siempre se acaban. Sobre todo el gran y definitivo viaje que nos lleva al gran silencio final.

80 – Islandia […] Creo que en el grito hay como un centro de silencio; el grito es como si se detuviera todo y quedara cristalizado. […] Pero es que el silencio nunca es como un silencio. Recuerdo que, estando con Borges en Islandia, decidimos visitar a un sacerdote pagano que quería resucitar el viejo mito de Odín. Al llegar a determinado punto del trayecto, el señor que nos acompañaba detuvo su vehículo y nos señaló un lugar muy lindo para sacar fotos. Descendí unos metros y me encontré ante un extraño lago. De pronto, escuché el clic de mi cámara fotográfica y se apoderó del ambiente un inmenso silencio. Fue realmente una experiencia como mística. […]

81 – Sabio […] En el caso de Pep Calsamiglia los silencios eran silencios de sabio. Tenía tanto que pensar que no sentía la necesidad de hablar, pero si se le preguntaba, lo que hacía era poner un poco de voz – el mínimo necesario – a su rica, auténtica, honda meditación interior. Y había que poner oído atento. […]

82 – Árboles Aquellos árboles habían dado sombra y solaz de cien maravillosos silencios al fraile descalzo.

83 – Ezra Pound En sus últimos tiempos , en Venezia, Ezra Pound se negaba a hablar con todo el mundo. Era su forma de protestar, su modo de decir que había perdido la fe en la palabra dada. Así que, puesto a hacerse entender, escribía lo justo en una libreta y lo ponía ante los ojos de su interlocutor para que se leyera bien. Aunque estaba tan cuerdo como cuando los americanos lo recluyeron en un psiquiátrico por colaboracionista con Mussolini. No era mudo. Pero sus silencios expresaban un rechazo de un sistema con el que ya no quería gastar más saliva. […] Pero ya en la primera audiencia de su proceso por alta traición prefirió callarse. Se le declaró enfermo y se fue recluido durante doce años en el manicomio de Saint Elizabeth. La Corte Suprema americana le absolvió en 1958. Ya libre, retornó a la Italia de sus quimeras. Murió en Venecia, tras años sin articular palabra alguna, en 1972.
Autor: Oriol Pi de Cabanyes L.V. 98 Título del artículo: “Ezra Pound se confiesa”

84 – Aquelarre No le respondí nada: me quedé imaginando con cierto escalofrío qué otra fiestas populares sin libros ni debates verbales nos aguardan quizá en el futuro, qúe zarabandas tocarán mañana para hacernos bailar al unísono, qué silencio y qué vacío nos calará el alma entre uno y otro aquelarre.

85 – Mummenschanz […] De la mezcla de tales ingredientes surge esa “otra cosa” de la que habla Jacques Lecoq, maestro de uno de los creadores del grupo. Una “cosa” radicalmente nueva que comunica una”poética del silencio”, una cosa que palpita en una atmósfera de silencio, sin música ni voces, habitada en ocasiones por unos “aliens” inquietantes – cefalópodos, platelmintos gigantes, insectos fantasmagóricos, monstruos tubulares sin cabeza – que junto a su impresionante belleza plástica…[…]
Autor : Joan- Anton Benach Título del artículo: “Un bello e impresionante zoológico”

86 – García Sevilla […] Creo que hay muchas orientaciones teóricas del arte contemporáneo que han ido a abonar sobre esa idea y que hay varios ejemplos prácticos – pienso en la pintura zen, en la vida y la obra de Mondrian o en los yantra hindúes – que parecen remitirse a un intento de expresión visual de algo que llaman “silencio”. Sin embargo yo no estoy muy seguro de saber qué es. Se ha abordado el tema de diversas maneras, pero, para mí, el silencio no existe, pues siempre estoy rodeado de ruido. Me imagino que el silencio debe ser como la belleza (que nunca se encuentra), o como la perfección, o la virtud. Es decir, un mito: algo así como un pequeño Anapurna. […] Sí que me lo he planteado. Lo que pasa es que me aterroriza y prefiero hablar como un charlatán para que no exista. […]
Autor de la entrevista: Juan. C. Insua

87 – Los talibanes imponen nuevas restricciones a la mujer afgana, entre ellas andar sin hacer ruido. 97

88 - Sociedades amordazadas En realidad, Aref Dalila, Hamma Hammami y Saedin Ibrahim simbolizan a sus sociedades amordazadas, convertidas en una especie de “reinos del silencio”, según la expresión de Riad Turk, el indomable disidente sirio de 72 años de edad, que el 26 de junio fue condenado a dos años y medio de cárcel tras haber pasado más de 17 años en el calabozo en la época de Hafez el Asad. 2002

89 – Rossellini “Frecuento lo mismo imbéciles que genios. Como toda discusión me ha parecido siempre más o menos inútil, prefiero escuchar. La tontería me interesa: es incluso apasionante descubrir su complejidad”. 2002

90 – Economía verbal […] una autora con un sentido de la economía verbal muy encomiable, que sabe que “hay regiones que deben quedar a oscuras. Ni vaporosas ni ignoradas; simplemente, privadas de la luz de las palabras”. 2002

91 – María Elena Walsh escribió hace muchos años un poema cuya conclusión dice así: “ Y si alguna vez te desespera / un gran silencio, es el silencio mío”. Basta leer esto para no sentirme solo.
2002

92 – Duchamp […] En varias ocasiones Duchamp denunció la publicidad que rodea el arte moderno y sostuvo que los artistas deberían regresar al subsuelo de la sociedad. Aquí aparece de nuevo el principio-bisagra: el hombre que pintó bigotes a la Gioconda es el mismo que, durante
20 años, realizó una obra en secreto. Formas opuestas y complementarias de la ruptura con el mundo; la profanación pública y el descenso a las catacumbas, la bofetada y el silencio. […] Autor: Octavio Paz Artículo aparecido en El paseante 1988

93 – La emperatriz Michiko ha recuperado parcialmente el habla, según informó el sábado la Casa Imperial. La esposa de Akihito enmudeció el pasado 20 de octubre al sufrir una crisis provocada, al parecer, por la presión ejercida por algunos medios de comunicación. Según el comunicado, la emperatriz pronunció en un susurro, las palabras “su majestad”y “Saya” (diminutivo de su hija Nori). Efe 93

94 – Clausura […] Tras haber pasado ocho horas dentro de aquella clausura al periodista le es difícil saber si de verdad son tan felices como se proclaman. Y sobre todo si es cierto que, sin tener nada y renunciando prácticamente a todo y viviendo en un silencio casi eterno, se lo pasan mejor que nosotros. […]

95 – Toros La primera corrida de San Isidro, celebrada ayer en Madrid con novillos de Antonio y Carmen Ordóñez, arrojó el siguiente resultado: Davis Castro, silencio en ambos; José Luis Ramos, silencio y ovación; Juan Cuellar, silencio en los dos. - Efe 94

96 – En el monasterio Un cóctel de palabra y de silencio. Mucha de la angustia y desequilibrio del hombre de hoy proceden de las muchas palabras que se tornan vacías de sentido y del poco silencio que impide al hombre hallarse a sí mismo. En el monasterio se puede encontrar esta sabia combinación que abre el apetito de la vida al sabor y al sentido de la existencia. 98

97 – Yasmina Reza […] Reza cree que las palabras son completamente ineficaces en las relaciones humanas porque destruyen más que acercan: “Lo más importante es lo que la palabra engendra, el silencio, el vacío, todo lo que la palabra ha creado”, señala la dramaturga, que no duda en afirmar, en contra de muchos y grandes colegas suyos, que el teatro no cumple ninguna función social.
Autora: Rosana Torres. El País 98

98 – José Perona […] El motivo de su indignación fue conocer que años atrás Perona había publicado un libro titulado In Silentium con todas sus hojas en blanco, vacío de letras y de ruido.

99 – Cáncer. El silencio mata. Hace veinte años eran pocas las mujeres que se atrevían a hablar del tema. El tumor se vivía como una vergüenza porque afectaba a uno de los rasgos distintivos de la feminidad, el más evidente, en el que convergen erotismo y maternidad. Hoy las cosas han cambiado. Mujeres famosas aquejadas por el cáncer han hablado abiertamente de ello. Entre las norteamericanas, Ingrid Bergman, Betty Ford, Shirley Temple, Nancy Reagan. Entre las italianas, Oriana Fallaci, que está escribiendo un libro sobre su experiencia. 94

100 – El silencio de Nduwayezu […] Dentro de un amplio proyecto de trabajo, titulado Ruanda, se inscribe la obra que se presenta ahora en Madrid. Se trata de la imagen de los ojos de un niño tutsi que, como muchos otros, tras haber perdido a sus padres, renunció a hablar. Esta imagen recuerda las estereotipadas fotografías de prensa que han convertido la tragedia en noticia, banalizado el sufrimiento, pero, al sacarla del contexto informativo y reubicarla en en el ámbito de la contemplación reflexiva, propia del arte, Alfredo Jaar pretende hacer que nos fijemos en estos ojos y en los silencios, el del niño, provocado por el dolor, y el nuestro, consecuencia del egoísmo.
Para ello ha amontonado centenares de miles de diapositivas sobre una enorme mesa de luces, casi tantas como personas han perdido la vida en las masacres, o como muertos han pasado por delante de esos ojos. Aparentemente, Alfredo Jaar parece no tomar partido, él muestra un objeto, la mesa de redacción plagada de diapositivas iguales, pero al fijar la atención en los utensilios de los medios de masas, representados por las diapositivas o la mesa agigantada, pone en evidencia la perversión de las herramientas que se utilizan para silenciar la tragedia.
Autor: Javier Maderuelo El País 97 Título del artículo:“Alfredo Jaar: el silencio y los ojos”

101 – Los irónicos Jesús Fernández Santos entraba en la Redacción con el sigilo de los sabios, sin levantar la voz, levemente. Traía en sus manos huesudas y ausentes un papel enrrollado en el que transportaba sus opiniones sobre la vida que veía. Lo depositaba sobre la mesa adecuada, se apoyaba sobre el quicio de una puerta y luego se iba como si no hubiera estado. […] Un día, creo que era abril, el mes más cruel, desapareció de nuestros pasillos y dejó de sonar en el aire su voz detenida, la voz del que sabe que la palabra es una superficie sobre la que hay que escarbar sin reposo para hallar el nombre exacto de las cosas. […] Él nunca había traído a la Redacción otra voz que la de su silencio multiplicado por la escasez verbal que la vida impone a los irónicos.
Autor: Juan Cruz. El País
Título del artículo: Ese hombre que calla

102 – […] Albert Pla no tuvo necesidad de cantar para hacerse entender. Su voz queda, a veces hasta el susurro, conseguía que el oyente agudizase inconscientemente el tímpano y se metiera a fondo en las historias. Llegándose a crear en ocasiones tal atmósfera de silencio, que podía oírse con nitidez el ruido zumbón de la sala de juegos recreativos de al lado. […]

103 – Un silencio atroz Cada día José María Aldaya daba más de trece mil pasos. La mitad de ida y otros tantos de vuelta, en su cárcel sin vistas a ninguna parte. Dos pasos, un quiebro para no golpearse con la bombilla que colgaba del techo, otros dos pasos y vuelta hacia atrás sin más horizonte que el silencio, la absoluta asusencia de todo ruido exterior. “ El silencio era tan atroz que llegabas a oir los ruidos de tu propia cabeza”, manifestó Aldaya a sus allegados […] los ruidos han sido para muchos secuestrados el único enlace con el mundo exterior, y posteriormente, para la policía, la única vía de investigación. Saber si desde el agujero se oía una campana, e paso de un tren, la sirena de una fábrica o las cañerías del agua ha sido muchas veces una pista para la policía. Con el “zulo” en el que ha estado José María Aldaya, sin embargo, ETA ha conseguido el aislamiento total, para angustia de la víctima y beneficio de la organización terrorista. 96

104 – Elogios sin palabras […] Y sería absurdo por nuestra parte, subrayar pedantemente y poner atributos elogiosos a una labor que estuvo ahí y ante la cual el silencio de las palabras resulta un conductor mucho más eficaz a la hora de intentar no sofocar el recuerdo permanentemente vibrante en el interior de cada uno de los asistentes. […]

105 – Rescate […] Los equipos de rescate cambiaron de estrategia y se abrieron camino hacia Rose con picos y palas, incluso con sus manos desnudas. Pero la peligrosa operación duró demasiado.
Rose todavía hablaba el pasado domingo con los socorristas, que el lunes aún llegaron a escuchar un apagado ruido desde el interior de las ruinas del edificio. Después vino el silencio. […] 98

106 – Un silencio de un millón de voces […] Pocas veces un silencio resultó tan expresivo como los cinco callados minutos de los centenares de miles de personas que se congregaron a las ocho y cuarto de la noche en la plaza Catalunya. Manos en alto con el murmullo de las fuentes como única sinfonía que acompañaba ese impresionante mutis colectivo, intentaron “estremecer la conciencia de los asesinos”, según invitación de Rosa Novell. Pero sobre todo el silencio fue un grito de libertad y en favor de la vida. […]

107 – Riera I Aragó
P ¿Qué importancia tiene el silencio en su obra?
R Después de mis primeras etapas, en donde había movimiento, acción, máquinas, me fui acercando a lo que significaba el silencio en la obra. Sobre todo a un silencio interior, un silencio íntimo, pero que de hecho podría ser el silencio que sentimos al sumergirnos en el fondo del mar, o el que sentimos al estar a miles de metros de altura en el espacio. Y es, este silencio, el que tiene que ver con lo que es la inutilidad de la propia obra de arte, es decir, normalmente no sirve para nada y el silencio es el acento de esta inutilidad afortunadamente necesaria.

108 – Procesión […] Otra de las pocas procesiones que sale el Jueves Santo, y también una de las más antiguas de Cataluña, es la procesión del Silencio, de Badalona, llamada así por su caracter austero y respetuoso. Esta celebración religiosa se caracteriza por el impresionante mutismo en que se desarrolla y porque la comitiva que la configura desfila en dirección al casco antiguo de la ciudad por calles únicamente iluminadas con antorchas, como en la Edad Media. […] 94

109 – Autotraición […] y finalmente, el descubrimiento de aquello que es propio realmente de los adultos: aceptar la virtud de autotraición que hay en el silencio.

110 – Libro clandestino “El mundo del silencio”, sin puntos de interrogación, es el título de uno de los primeros y más conocidos libros de Jacques Cousteau. El mar, en efecto, era la mejor reserva de silencio de que disponía la humanidad. El mar era tanto un sinónimo de silencio que Vercors –un pseudónimo– en plena Segunda Guerra Mundial, escribió un pequeño libro –también pequeña obra de arte- que bajo el título “Le silence de la mer”, circuló clandestinamente po Francia. No se trataba en absoluto del mar en este libro, que se convirtió en una pieza de la resistencia bajo la ocupación nazi. El silencio no era otro que el sostenido por una muchacha a casa de cuyos padres llega un joven oficial alemán con un boleto de la Komandatur dándole el derecho de alojamiento. […] 97

111 – Harold Pinter es el más influyente de los autores británicos actuales, responsable de una obra dramática en la que los silencios son más expresivos que los diálogos y el contexto tiene tanta importancia como sus enigmáticos personajes. […]

112 – Poesía muda […] En todo caso, que el artista plástico devenga “intelectual” en cuanto artista, sustituyendo el pincel por la palabra, no deja de constituir un verdadero tour de force, ya que lo esencial de su identidad histórica había consistido específicamente en expresarse mediante la “muda elocuencia” de las imágenes y, aún más, en hacer físicamente patentes aspectos de la realidad irreductibles a una razón que sólo se comunicaba mediante palabras y conceptos. Así, en el célebre aforismo de Simónides, citado por Plutarco, se calificaba a la pintura como una “poesía muda”, y así, tras repetirlo…[…]

113 – Madrid en silencio […] De ahí la importancia de los silencios matritenses. El gesto de callar tiene más importancia en esta ciudad, tan experta en murmullos y gritangas, que el que tendría en otros lugares más dados al laconismo y a la indiferencia. Cuando Madrid calla es que la pena es sincera. Eso es lo que se sentía ayer en Madrid: la percepción de que, a pesar de la trágica rutina terrorista, la ciudad se muestra solidaria con los efectos de la muerte. […] Cuando Madrid está en silencio se escucha más y mejor el chirrido estridente de los demagogos.
Autor: Joan Barril 96 Título del artículo. Madrid en silencio

114 – El sonido que nos rodea habitualmente se produce como consecuencia de la actividad humana; la mayoría de trabajos genera contaminación acústica, en mayor o menor grado, y la sola presencia de personas genera ruido. El silencio , en cambio, se consigue con la quietud y la soledad. Como quiera que estamos poco quietos y la soledad en que podemos vivir es acompañada, el silencio es un lujo escasamente alcanzable. Si lo consideráramos como tal, procuraríamos, en cuanto nos fuera posible acercarnos a él, tener la oportunidad de entablar diálogo con uno mismo. En los momentos de silencio podemos saber algo de nosotros mismos.
Autor: Joan Corbella 94

115 – Amedo […] También negó Amedo durante las entrevistas que haya algún tipo de acuerdo para que calle: “Aquí no hay pacto de silencio …” […] 94

116 – Ignorant fuera del escenario habla pausadamente, transpira tranquilidad, e incluso, se disculpa de su falta de fluidez verbal (!!). De su cazadora de cuero negra cuelga un pin: “Silence = Death” (“Silencio = Muerte”). “Pienso que no me moriría si dejase de hablar, porque el problema no es perder la palabra sino que no te dejen hablar, aunque a veces es mejor callar” 94

117 – Prohibición […] “Está prohibido emitir señales acústicas cuando no exista motivo que lo justifique”, decía anoche un…[…]

118 – El Tercer Mundo ha pasado de constituir la esperanza revolucionaria de hace 20 años a poco más que un territorio de silencio y de pobreza. Paise hambrientos, endeudados…[…]

119 – Yoko Ono […] En Matches (Cerillas, 1962), toda la sala estaba a oscuras y en silencio. Cada espectador recibía al entrar una sola cerilla, que encendía cuando quería ver lo que ocurría en el escenario. El silencio, a menudo utilizado por la artista, está muy en la línea de las prácticas de meditación de la filosofía Zen. No dejaba de emplearlo tampoco en sus piezas musicales. En Bycicle piece for orchestra (1962), 100 actores pedaleaban silenciosamente sobre bicicletas. Despertador consistía en esperar en silencio a que se disparara la alarma de un despertador instalado en medio del escenario. […] 88

120 – Autismo, un silencio que se mueve Normalmente, el autismo se revela a través de toda una serie de síntomas que hacen su aparición en el niño a una temprana edad e impiden toda relación social normal. El niño aparece entonces sumido en una completa soledad, y cuaquier intento de relación con él está irremediablemente condenado al fracaso. A pesar de innumerables estudios, el autismo apareció durante mucho tiempo como inaccesible a todo proyecto terapéutico. […] 88

121 – Alfredo Kraus
P ¿Qué música escucha fuera de los escenarios?
R Poquísima. Cada día valoro más el silencio. Fíjese el sitio tan tranquilo donde vivo y estoy poniendo ventanas dobles de aislamiento para disfrutar más del silencio (risas). […] 94

122 – Edie […] No despertó de la noche del 15 al 16 de noviembre de 1971. El divino Warhol cambió de tema cuando recibió la noticia de Brigid Berlin. Edie fue a reposar en el cementerio de Oak Hill, una aldea perdida del valle de Santa Inés. Por entre los campos de alfalfa todavía susurran las voces fantasmales de Dylan (Leopard skin pill box hat), de Janis Joplin, de Jimmy Hendrix…Son lo único real en el silencio que desciende de las colinas. La resaca que queda, en las páginas de la biografía de Edie, del caos que fueron los sesenta.
Autor: Robert Saladrigas

123 – Baudrillard “No nos comunicamos jamás”, escribe Baudrillard en Las estrategias fatales, y remata: “La inercia insoluble por el esfuerzo, el silencio insoluble por el diálogo”. Se trata, matiza, “de un silencio voluntario. No es el silencio que puede ser vencido con el acceso a la palabra, como el niño que aprende a hablar, o con la posibilidad de una expresión libre. El silencio del que yo hablo es el de los que no quieren hablar, de los que no quieren responder a las preguntas. Es un silencio más allá del diálogo. No deriva de una carencia de comunicación sino del exceso de comunicación y palabra.
Es nuestra situación actual. Domina el ruido y adoptamos el silencio como autodefensa. Elegimos guardar el secreto, callar, no entrar en comunicación. Puede, por supuesto, tratarse de un silencio significativo, cómplice o iniciático. Un rechazo ante la palabra que, por exceso, se anula. Un silencio al que hay que intentar comprender. […] Es parte de lo que en su libro se llama lo fatal. “Lo fatal es el retorno de algo a su contrario. La extrema información se convierte en extrema ignorancia; la extrema comunicación, en aislamiento; la extrema expresión en silencio. Es un movimiento curvilíneo que se anula a sí mismo”. […]

124 – Un año callado Al otro lado del Atlántico, un estudiante estadounidense de 18 años se ha hecho a sí mismo un extraño desafío: permanecer durante un año callado. El objetivo de Brett Banfe es, simplemente, “observar la sociedad y escuchar lo que dice la gente”, sin perder el tiempo en palabrería inútil. […] 2000

125 – La penitencia de Onán Los varones judíos que han pecado derramando en vano el semen destinado a la procreación tuvieron su oportunidad de redimirse durante el pasado mes de enero rezando, leyendo los salmos durante nueve horas a la semana y mediante el “taanit dibur”, el ayuno de hablar. […] Quienes conozcan el Antiguo Testamento recordarán cómo terminó la rebelión de Onán, el hijo de Judá y de la cananea Súa, que “vertía en tierra” cada vez que se unía con Tamar, esposa de su fallecido hermano Er, aunque Onán aparentemente resentido con él, derramaba su semen “por no dar descendencia a su hermano”. El pecado de “shefijat zera” (derrame de la semilla) sin que él lo supiera, le costó la vida a Onán, de donde cabe interpretar que su conducta, conocida todavía hoy como “coitus interruptus”, no fue del agrado de Jehová. […]
Autor: Manuel Díaz Prieto 98

126 – Sarajevo […] Kafka es el mito literario de este siglo porque escenifica el silencio de la escritura (el escritor ruega incesantemente a su amigo Brod que haga auto de fe con sus manuscritos). Sarajevo es el mito literario de esta década porque nos obliga al silencio de la escritura. Es la vergüenza de ser todavía escritores ante “experiencias horribles que se repiten”. Mejor callar como Kafka o morir en Sarajevo. 93

127 – Tápies […] Y la propia soledad, la concentración entre cuatro paredes, en busca de una identidad, propia y de lenguaje. El propio artista, en uno de sus múltiples escritos, daba testimonio de aquel momento, de manera poética: “Y un día intenté llegar directamente al silencio con mayor resignación, rindiéndome a la fatalidad que rige toda lucha profunda”. […]

128 – Testimonio […] La historia resume el testimonio de un silencio bochornoso impuesto por la sociedad occidental, naturalmente dominada y regulada por el hombre, que con tremendos esfuerzos y toda suerte de sutilidades va siendo resquebrajado paso a paso hasta que en este siglo XX la mujer por fin, aun en condiciones adversas, deja oír su voz, se descubre a sí misma como sujeto independiente con una visión propia del mundo…[…] 93

129 – Sánchez Ferlosio […] Este escritor ha hecho de la sinceridad una profesión de fe y dentro de ella no se define tanto por lo que dice como por lo que se calla. Ha escrito algunos libros profundos, pero su mejor ensayo es el silencio. No se ha detenido nunca por miedo ante cualquier crítica y ha realizado un ejercicio todavía más difícil: jamás ha salido de su pluma un elogio que no creyera merecido. En estos tiempos en que vivimos su actitud es un metal precioso: el silencio de Sánchez Ferlosio también es oro. Uno no deja de admirar la suerte de este escritor que es más respetado y agasajado a medida que más se refugia en su propio interior. Anacoreta de asfalto, profeta de sobremesa, latigador secreto, sus discípulos pasan de boca en boca las enseñanzas del maestro y él permanece inmune a la vanidad. Autor: Manuel Vicent Títilo del artículo: La bisectriz de Coria 94

130 – Julio Caro Baroja […] Retazos de la vida fecunda de Julio Caro Baroja, que con sus libros sigue hablando desde la orilla silenciosa. […]

131 – Callar […] Esta realidad es, sin embargo, algo muy diferente. Sobre todo para los que tienen cerca el problema. En ese caso el silencio perdona las dudas, no obliga a tomar posición. En el pueblo prefieren callar, que las cosas sigan su curso. 94

132 – J. D. Salinger Desde hace un montón de años no se sabe absolutamente nada de Jerome David Salinger. No existe una fotografía suya actualizada, no consiente que en sus libros aparezca nota biográfica alguna y ni siquiera textos explicativos en solapas o contraportadas. Se asegura que sólo ha concedido una entrevista a lo largo de su vida y Salinger nacido en Nueva York el 1 de enero de 1919, cuenta ya sesenta y siete años. Por supuesto tampoco escribe ya. Vive rodeado por el silencio más estricto, sumido en la mudez densa y al tiempo transparente del eremita, en una casona de altos muros infranqueables, en New Hampshire. […]
Autor: Robert Saladrigas 85 Título del artículo: El intenso perfume del silencio

133 – J. D. Salinger […] Salinger encarna cuando menos un caso único y curioso en un hombre que alcanzó la celebridad mundial logrando que la obra literaria hablara por él y de él. Luego se autosepultó. Desde entonces su silencio suena a escalofrío irreal. […]
Autor: Robert Saladrigas 88 Título del artículo: Perfiles en gris de una sombra

134 – El lenguaje de los signos Soy una niña de trece años que únicamente quiere manifestarles algo. Vivo en dos mundos: el de los sordos y el de los oyentes.
El mundo de los sordos no es más que un lenguaje distinto, “el lenguaje de los signos”, como puede ser el inglés o el francés. Simplemente quiero que ustedes que están en el otro mundo se den cuenta de lo impresionante que es este. Y aprovecho esta carta para pedir que la televisión haga el esfuerzo de abrir sus puertas e intentar comprenderme. Me gustaría que, un día ante la televisión, los oyentes se taparan los oídos. Entonces podrían comprovar lo difícil que es entender lo que se nos expone. Pero eso no ocurriría si hubiera un intérprete o, sencillamente, un subtítulo.
Cartas al director

135 – La realidad […] Pero me interesa por encima de todo inquietar, a través de las percepciones. Y también el silencio. La realidad que nos rodea es tan ruidosa y fragmentaria, que lo interesante es encontrar el silencio. De hecho mis personajes no pueden hablar.[…] 94

136 – Lo inefable […] En uno de sus últimos libros, Literatura y ciencia, explicó, al fin, sus anhelos: “La ambición del literato es hablar de lo inefable, comunicar en palabras aquello para lo que las palabras no están destinadas”. […] 94

136 – Daniel Cohn-Bendit El antiguo lider revolucionario de mayo de 1968 publicará dentro de unos días en L’Esprit Frappeur su programa electoral para las europeas de junio. El libro se llama se joven y cállate, tendrá unas cien páginas y una tirada de 30.000 ejemplares.

137 – Valéry “Cada átomo de silencio es la posibilidad de un fruto maduro”.

138 – […] La importancia de los silencios empezó a advertirse cuando el teatro se convirtió en verborrea en el París de finales de siglo. Un gran actor, Lucien Guiltry –padre del escritor, director cinematográfico y actor Sacha-, era famoso en su época por sus silencios. Antes de dar una réplica, en ocasiones permanecía casi medio minuto sin hablar. Y esto emocionaba al público. El silencio empezaba a pesar como oro y él lo sabía bien. En una ocasión en que estrenó una obra de Henry Bernstein, creación bastante mediocre, el público quedó extasiado y Bernstein le dijo: Habéis representado el texto de una manera maravillosa. Y los silencios han sido particularmente admirables”. A lo que Guiltry respondió tajante: “Es que los silencio son míos”. […] Autor: Nestor Luján 95
Título del artículo: El silencio es oro

139 - Trenes […] Acaba de llegar un amigo de hacer un viaje por Holanda. Allí ha montado en trenes, cuenta, en los que han restituido unos vagones para viajeros silenciosos, en los que no hay video ni música ni conversaciones. Suben a ellos gentes que quieren estar solas y en silencio. Suben y bajan discretamente, como hacen las vidas misteriosas y poéticas , y mientras permanecen en él acompañan sus meditaciones con un traqueteo que tiene mucho de los hexámetros de Homero, larga, larga, breve, larga, larga, breve, un hexámetro y otro, un canto y otro canto, dioses y hombres, hasta llegar al infinito, que el poeta llamó Ítaca.
Y uno, que es sentimental y romántico, piensa ya en esas partes de la ciudad que preservarán dentro de poco de todo ruido que no sea natural, donde sólo se oigan los pasos de la gente o sus palabras solas, con ese silencio que acompaña siempre a toda palabra verdadera como su misma sombra. Autor: Andrés Trapiello 98
Título del artículo: Maravilloso silencio

140 – Karajan […] El 30 de junio de 1989 en Viena habló el silencio. Fue el homenaje póstumo al director Von Karajan al final de la pieza Música para un funeral masónico de Mozart, ejecutada con el podio vacío, y terminada sin el aplauso de los asistentes. […] 92

141 – Virgilio […] el silencio verdadero, el “amigo de la quieta luna”, como lo llamó Virgilio. 96

142 – Shopenhauer […] Creo que fue Shopenhauer, menos pesimista y más exacto de lo que de entrada se podría imaginar, quien escribió que la cantidad de ruido que alguien es capaz de soportar sin perturbarse está en función inversa a la de su capacidad mental y, en consecuencia, es válido considerar aquélla como buena medida de ésta. En tal sentido, uno se pregunta a qué extremos de pequeñez han llegado nuestras inteligencias. […] A veces me acuerdo del Ovideo de las Metamorfosis cuando asegura con firmeza que al hombre le fue dada una boca sublime y el mandato de mirar a los cielos. Quizá para que esa boca se cerrase y permitiese captar a los oídos “la musica callada” de las esferas. […] Autor: Antonio Gala 95 Título: Guardar silencio

143 - El metro […] ¿Por qué tiene que haber cancioncillas en los andenes de metro? La música es algo bastante personal y la que gusta a unos horripila a otros, con lo que, con los hilos musicales en los lugares públicos, pocos quedan contentos. Entonces, ¿por qué no mantener el silencio ambiental que a nadie molesta, ese silencio teñido por los ruidos de los metros que se acercan, las puertas que se abren, el rumor de pasos y conversaciones por las escaleras? […]
Autor: Quim Monzó Título: Nunca en silencio

144 - Christopher Hogwood
- ¿Lo oye?
- ¿Qué?
- Esa musiquilla insípida. El hilo musical es polución sonora. Es auténticamente nociva para la sensibilidad musical y yo creo que también para el cerebro…
- Pero es música, ¿no?
- ¡Por favor, no! Es un ridículo y deprimente ruido que nos impide hablar con tranquilidad.
- No será para tanto…
- Sí. Lo es. Vivimos en un mundo que ha olvidado el silencio, y por lo tanto, no puede apreciar la música.
- Pues no sé…
- Además de soportar la insultante musiquilla de aeropuertos y salas de espera en todas partes, cada vez que quiero ir a tomar una copa en esta ciudad un ruido –con pretensiones musicales o no- hace imposible cualquier conversación…
- ¿Alguna otra denuncia?
- Mi segundo deseo para el mundo es poder oír música que no esté megamplificada.

Autor Lluís Amiguet Entrevista con Christopher Hogwood (director de orquesta y musicólogo) L.V 99

145 – Argentina […] Hay quien afirma que la reciente compra por parte de los grandes magnates (los Benetton, el patrón de la CNN, Turner, o el financiero Soros) de enormes extensiones en Argentina se debería más a la búsqueda de espacios donde estar solo y en medio del silencioso ruido de la naturaleza que a la voluntad de invertir en tierras. Ese gran capital en soledad y silencio acabará siendo, dicen, lo que distinguirá ,a los verdaderos privilegiados en el futuro. […] Autor: Joan Subirats L.V 2000
Título: El coraje del silencio

146 – El silencio de los niños […] Pero el mutismo de la infancia puede esconder lecciones inesperadas. Ese especie de autismo temporal de los niños, las dificultades que a veces tenemos para comunicarnos con ellos, puede no ser tanto fruto de una incapacidad para mecanizar los gestos y la conducta propia a su condición como el resultado deliberado de una opción, un ejercicio de relativa autonomía que los adultos interpretamos o como una insuficiencia en el caso de que sea pasajera (de que se “cure” con la edad), o como una anomalía, si es permanente. En todo caso, ese silencio obcecado puede ser una respuerta, un rechazo a reflejar la imagen que les solicitamos, una negativa a actuar como espejos de nuestros deseos y pasiones frustadas. Su silencio puede adquirir un sesgo reivindicativo. ¿Seguiremos hablando de ellos convencidos de que nos limitamos a ser sus portavoces objetivos? ¿Estamos dispuestos a cortar el murmullo interminable que vertimos sobre la infancia y aprestarnos a escuchar lo que expresa su silencio?
Autor: Alberto L. Bargados 96 L.V
Título: El silencio de los niños

147 – Silencio total durante una hora para oír las demandas de auxilio de los enterrados
Armero. (De nuestro enviado especial.) – Durante una hora se produjo un silencio impresionante en toda la zona de lo que fue el casco urbano de Armero. Las autoridades dispusieron la paralización de todos los trabajos de rescate para permitir a los socorristas escuchar los quejidos o demandas de auxilio de posible supervivientes.
A medida que se agota el tiempo para encontrar entre el barro a más supervivientes, se conocen nuevos dramas humanos como el de un hombre que fue encontrado con vida gracias a un cerdo que escarbaba en los escombros y el de dos ancianos que se negaban a ser salvados porque, según dijeron, “queremos morir con todos nuestros parientes y vecinos”.
Nada se movía en el Valle de Armero durante el tiempo en que se paralizaron los trabajos de rescate. Las autoridades prohibieron todo tránsito aéreo – incluso el vuelo de los helicópteros - , por carretera o de cualquier otra índole en toda el área afectada, en un último esfuerzo desesperado por descubrir a personas que aún pudieran estar con vida. El silencio aún hizo más dantesca la imagen del pueblo sepultado por el fango, resaltando la soledad de un lugar que hasta el miércoles por la noche estaba lleno de vida.
Durante esos largos 60 minutos, los muertos parecía que olían más a muerto. Todos esperaban signos de vida, cualquier murmullo o movimiento en el lodo.
Gracias a esta interrupción de los trabajos se pudo localizar a un niño de cinco años, Florentino Molina Santos, al adulto José Hernando Ayala y a dos ancianos que se habían encerrado en su casa semiderruida y allí esperaban el momento de su muerte..
Momentos después de la avalancha del miércoles pasado, Fideligna Sotelo, de 82 años, y su cuñado Domingo Peña, de 74, optaron por enterrarse en vida en su propia casa, esperando que el volcán volviera a bramar furioso y los enfrentara con la misma muerte espantosa y macabra que acabó con la vida de más de 22.000 de sus convecinos.
Autor: J. I 20 noviembre 1985. Artículo completo

148 – Las páginas “silencias” A las páginas en blanco que dejaba en sus relatos las llamaba silencias. Eran páginas silencias. Y solía decir Juan Rulfo, cuando los eruditos implacables le preguntaban por la manía, que las construía limpias de escritura para que el lector las rellenara a su antojo. Como todos, yo conocí a Rulfo en la habitación de un hotel. Recuerdo las primeras páginas silencias con las que me obsequió cuando aquél tímido y escéptico mito de la literatura contemporánea, que tropezaba al hablar, fingía tristeza por mera educación y jamás aprendió a pronunciar un no rotundo, descubrió mis pelmazas intenciones charlatanas.
Había algo que a Rulfo le enmudecía aún más que hablar de literatura: someterse a entrevistas. Y si la charla periodística pretendía centrarse en su literatura, al cabo de los monosílabos de amabilidad, soltaba por la habitación una tonelada de silencio reconocible con el que había edificado aquellas soledades geográficas de Comala y Luvina. Un silencio que hacía ladrar a los perros.
Años después de aquél primer encuentro lamentable en Canarias, cuando aprendí a no charlar con Rulfo de literatura y de autores, supe que su silencio no era de raza novelera, sino de estirpe biológica. Era la autodefensa que los hombres de su tierra, al suroeste de Jalisco, habían levantado contra los forasteros. “Mis gentes no cuentan nada si aparece un extraño. En las tardes, los importantes se sientan en algún quicio a conversar. Supongamos que llegas tú. No se callan, no se van, pero empiezan a decir cosas sin sentido, que no son de ellos: “Qué pasó con aquél camión. Parece que va a llover. Se está haciendo tarde”. Luego, cuando te vas, seguro vuelven a contarse sus cosas, las cosas que pasan en el pueblo.
Con Rulfo sólo había una manera de conjurar en la charla sus famosa y desarmantes páginas silencias, que frustaron a tantos entrevistadores, ávidos de intimar con el fundador de Comala, el primer territorio fantástico de la lietratura hispanoamericana; la regla era hablar de la vida y nunca de la literatura. Evitar por todos los medios las referencias a Juan Preciado, Pedro Páramo, Dolores, Dyada, Dorís, Anacleto Morones o Susana San Juan.
Con el escueto escritor mexicano había que charlar de lo mismo que con los viejos de San Gabriel que charlaban en los quicios: de vientos mayores y menores, de los olores de la tierra, de árboles, de flores con nombres aparatosos. De naturaleza, jamás de cultura. Rulfo transgredía su silencio y hablaba. […] un universo construido de vientos negros de Luvina, con intenso olor a sombras recalentadas por el sol, sabores agrios de naranjos y arrayanas, aquél polvo sin sombra del camino real de Talpa, atronadores silencios de ultratumba y el ya célebre calor infernal que golpeó a Juan Preciado al iniciar el descenso de Comala, […]
Autor: Juan Cueto Título del artículo: La páginas “silencias”
149 – El maravilloso silencio En la segunda parte del “Quijote”, el hidalgo manchego con su fiel escudero Sancho Panza aposenta durante unos días en casa del Caballero del Verde Gabán, un caserón ancho, como de aldea, con las armas, aunque de piedra tosca, encima de la puerta de la calle; una casa limpia y bien ordenada. Cervantes quiere presentar, posiblemente, el contrapeso entre la estrecha vida aventurera de don Quijote y el sosiego de don Diego de Miranda, el caballero del gabán. Y añade, para subrayar esta sensación: “De lo que más se contentó don Quijote fue del maravilloso silencio que en toda la casa había, que semejaba un monasterio de cartujo”. Es decir, en una aldea de escasos habitantes, sin apenas movimiento, en medio de una Mancha semidespoblada y viviendo el propio Quijote en un pueblo de escasos habitantes, sin industrias ni ruidos, aún estimaba como el don más preciado de una mansión el maravilloso y absoluto silencio.
Si tantas cosas materiales hemos ganado en nuestra civilización, este silencio lo hemos perdido. […] de tal modo que hay quien profetiza que los médicos especialistas pronto extenderán recetas como ésta: “Tres o cuatro días en una zona de silencio absoluto”. […] Un silencio que es como un paraíso perdido.
Autor: Nestor Luján
Título del artículo: El maravilloso silencio

150 – Pío XII El reciente documento vaticano en que la Iglesia muestra su “arrepentimiento” por la pasividad o complicidad de los católicos en el holocausto ha encendido de nuevo la controversia sobre el enigmático silencio que mantuvo Pío XII ante los horrores de Tercer Reich.[…] Una viñeta publicada ayer en el “Corriere della Sera” mostraba una moneda de Pío XII con las llaves de san Pedro cruzadas sobre la boca del Pontífice a modo de cerrojo. “Es un hecho históricamente irrefutable que Pío XII optó por el silencio”. […]
Autor: Albert Escala L.V 98
Título: El Papa del silencio